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lunes, 19 de septiembre de 2011

SEGURIDAD INDUSTRIAL

Si bien ahora existe la posibilidad aún remota de que emerja un cuerpo normativo que cubran el aspecto social laboral, no es más cierto que las nuevas leyes no traen consigo mayores cambios con referencia al tema de la Seguridad Industrial, aunque nuestra Constitución Política del Estado prevé como derecho fundamental la protección de la vida y salud de las bolivianas y bolivianos.
En el entendido que la obligatoriedad del cumplimiento normativo impulse el asumir nuevos roles y hechos protagónicos en la mejora de los sistemas de seguridad no solo de las Empresas privadas a donde se apunta si no también en y para las entidades públicas que poco o nada se ocupan del tema de la seguridad industrial.
Pero la norma, no prevé, las tareas pendientes que hacen al común de la ciudadanía boliviana la educación sobre los factores de seguridad y riesgo desde las más comunes hasta las más complejas, y no es que sea un tema de descolonización del pensamiento mediocre sobre esta problemática, es más bien un tema que se viene arrastrando desde muchas generaciones anteriores, hasta la actual donde el non importismo por el tradicional no pasa nada repercute con y el “te lo dije”, frase común después de un suceso no deseado, peor aún, si sucede el incidente o accidente en una Empresa donde la falta de previsión ocasione un daño económico de gran magnitud por los costos que representara el resarcir beneficios por lesiones o daños materiales.
Por ello, para que exista un cambio de pensamiento a mi manera de ver, es que deba existir primero el compromiso de las máximas autoridades de una Empresa, con voluntad de invertir en la seguridad industrial, según un especialista en seguridad industrial colombiano, Carlos Sarmiento cree que “debe existir un compromiso de la gerencia, pero que cuando la hay, surge un pequeño inconveniente: el trabajador, que le cuesta adaptarse a estas nuevas medidas y las adopta como una política más y no como un cambio de actitud para su vida”.
Entonces no es solo cambiar de actitudes en la perspectiva de la administración empresarial si no también en el contexto del pensamiento de la mujer y hombre boliviano que traduzca estas medidas en su propio entorno familiar, estamos en ello, no estamos solos en procura del cambio actitudinal y de hábitos
con referencia a este tema, creo fervientemente en que existe métodos de cambio y es ahí donde vamos aplicarlos.